que mi corazón esté siempre abierto a
pajaritos que son los secretos del vivir
canten lo que canten es mejor que saber
y si los hombres no los oyen los hombres son
viejos
que mi mente se pasee hambrienta por ahí
e intrépida y sedienta y flexible
y hasta si es domingo que pueda equivocarme
pues siempre que los hombres tienen razón no
son jóvenes
y que yo no pueda hacer cosa alguna
eficazmente
y amarte a ti así más que verdaderamente
jamás ha habido un tonto tan grande que no
acertara
a sacudirse todo el cielo sobre su cabeza con
una sonrisa
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